NO LA LLAMES “ORTOMOLECULAR”, LLÁMALA “X”


Para quienes no han seguido mis artículos o mi blog, tengo una sección fija donde explico de manera resumida qué es la Nutrición Ortomolecular (NORTO). Sin embargo, para desarrollar este artículo, es necesario hacer un breve repaso sobre el contexto en el que nos encontramos respecto al cuidado de la salud en este siglo. Un debate que ha cobrado fuerza tanto entre profesionales de la salud y la nutrición, como entre la sociedad y los sistemas sanitarios.

Un concepto rechazado en su época

La Medicina Ortomolecular nació entre las décadas de 1950 y 1960, impulsada por el Premio Nobel de Química Linus Pauling. No obstante, al ser poco conocida, fue rápidamente descartada en una sociedad que aún tenía un conocimiento limitado sobre la nutrición, y mucho menos sobre su influencia en el desarrollo de diversas enfermedades no transmisibles.

Por otro lado, tras la Segunda Guerra Mundial, la medicina sintética ganó un protagonismo espectacular, logrando aumentar la esperanza de vida del ser humano de manera contundente. La que hoy llamamos medicina tradicional—en su momento considerada “moderna”—ofrecía una promesa atractiva: curación rápida y cómoda mediante unas pocas pastillas o tratamientos de corta duración.

El efecto placebo social de la medicación sintética o tradicional

A día de hoy, ya sabemos que la medicación sintética es clave para tratar crisis de salud y controlar los síntomas, que son los que, en última instancia, acaban siendo fatales. Sin embargo, en la mayoría de los casos, no ofrece una solución a largo plazo. Por eso, una misma medicación puede tener efectos muy distintos en dos pacientes con la misma enfermedad.

Esta realidad ha generado una especie de “efecto placebo social”, en el que se cree que la medicina sintética tiene más capacidad de curación de la que realmente posee. Se atacan los síntomas, pero no siempre se busca o se consigue erradicar la causa. Y aunque a corto plazo parece una solución efectiva, en las enfermedades más peligrosas y reincidentes, una vez retirada la medicación, el problema suele reaparecer—en ocasiones más agresivo— en el peor de los casos contra un organismo que ya no responde a los tratamientos convencionales. En el mejor, simplemente se asume que nos medicaremos de forma crónica, continua o intermitentemente, el resto de nuestra vida, con los consecuentes efectos secundarios y la reducción progresiva de nuestra calidad de vida.

Por supuesto, la medicina tradicional es esencial en situaciones críticas: un infarto, una hipoglucemia severa, un fallo renal o un cáncer agresivo requieren intervención inmediata. Pero la cuestión es: ¿es igual de efectiva para curar estas enfermedades de manera definitiva y mantenernos sanos a largo plazo? En muchos casos, la respuesta es no.

Un sistema sanitario en declive y la búsqueda de alternativas

A esto hay que sumarle otro problema: la reducción drástica de los servicios públicos de salud. A nivel autonómico, estatal, europeo y probablemente mundial, los recursos destinados a la salud pública han disminuido ostensiblemente, empeorando los servicios y limitando cada vez más el acceso a tratamientos eficaces únicamente a aquellos que se lo puedan permitir. Desgraciadamente, es una tendencia que parece que, lejos de mejorar, seguirá empeorando en los próximos años.

Por ello, se vuelve imperativo encontrar nuevas formas de curarnos y mantenernos sanos de manera viable, asequible y sostenible para la mayoría de la población.


¿QUÉ PUEDE APORTAR LA NUTRICIÓN ORTOMOLECULAR?

La Medicina Ortomolecular promueve la sanación mediante el reequilibrio del metabolismo que se consigue mediante la aportación de ciertos nutrientes esenciales. Esta es una idea que ha sido tachada de “holística” por aquellos que defienden los tratamientos sintéticos como la única vía de curación.

Siguiendo la máxima hipocrática de “que tu medicina sea tu alimento y el alimento, tu medicina”, la Nutrición Ortomolecular NORTO busca restaurar la salud a través de los nutrientes esenciales, ofreciendo una alternativa accesible, sin toxicidad ni los efectos secundarios propios de la farmacopea tradicional.

Evolución del concepto de Nutrición en la Medicina

Hasta los años 80, la Medicina Ortomolecular fue ampliamente ignorada por los sectores más tradicionalistas. En los 90, la Nutrición como disciplina, comenzó a ganar protagonismo en Medicina, pero solo como herramienta preventiva, y adoptada principalmente por deportistas y dietistas centrados casi exclusivamente en el desarrollo muscular y el control del peso.

Y fuera de casos concretos —como intolerancias, alergias o insuficiencias orgánicas—, tampoco la Dietoterapia se consideraba un método de tratamiento real. Muchas enfermedades se asumieron como “crónicas e incurables” simplemente porque su origen era desconocido y no había medicación sintética para su curación, y así sigue siendo hoy día para una parte importante de las enfermedades no transmisibles.

El redescubrimiento del poder curativo de los nutrientes

Para entonces, los estudios científicos en Medicina Ortomolecular ya apuntaban a que la manera más efectiva de reeducar el metabolismo y restaurar la salud era a través de nutrientes naturales y orgánicos.

Y aquí es donde surgió la gran revelación: los nutrientes naturales de concentrados orgánicos funcionan, y lo hacen mucho mejor que los sintéticos, tanto en biodisponibilidad como en eficacia.

Esto generó un importante rechazo en la industria farmacéutica, que no podía patentar ni monopolizar concentrados naturales de productos alimenticios como la granada, la acerola, la cúrcuma o el ginseng. Además, la formación necesaria para aplicar estos conocimientos no requería años de estudio en farmacología, sino el entendimiento de las bases de la nutrición y la dietoterapia, lo que actualmente aún causa muchos problemas y discusiones en el sector.

Aun así, hoy en día este concepto ya se está aplicando en medicamentos de última generación, lo que demuestra que no es solo una idea “holística”, sino una realidad científica.


2022: UN ANTES Y UN DESPUÉS DE LA LECTURA DEL GENOMA HUMANO

En 2022 se completó la lectura del genoma humano, y la evidencia es contundente:

👉 Los nutrientes tienen un impacto directo en nuestro metabolismo, determinando nuestra calidad de vida y nuestra predisposición a desarrollar enfermedades no transmisibles.

👉 Nuestro cuerpo genera sus propias enfermedades cuando el equilibrio metabólico se ve alterado, pero también posee la capacidad de restaurarse a través de la alimentación.

Si Hipócrates o Linus Pauling levantaran la cabeza, probablemente nos dirían “Ya os lo dije….


NO LA LLAMES NUTRICIÓN ORTOMOLECULAR, LLÁMALA X

En las últimas décadas, la investigación sobre la relación entre los nutrientes y la salud ha crecido exponencialmente, adoptando distintos enfoques y terminologías. Como ejemplo me remitiré a los estudios y artículos más recientes publicados durante el primer trimestre de este mismo año 2025.

🔹 Tratado de Nutrición (4ª edición)
Considerada la obra más completa en español, recoge avances clave sobre interacciones nutricionales y su impacto en la salud.
📖 Fuente

🔹 Nutrición de Precisión

Una técnica que personaliza la alimentación según la genética y el metabolismo de cada individuo. Basada en ciencias ómicas, permite intervenciones eficaces en la prevención y tratamiento de enfermedades crónicas mediante el control de los nutrientes.
📖 Fuente

🔹 Atlas Molecular
Un estudio innovador que analiza cómo el intestino responde a los alimentos y tratamientos, proporcionando información clave sobre el microbioma y su influencia en la salud.
📖 Fuente

🔹 Nutrición Molecular
Investiga cómo los componentes de los alimentos interactúan a nivel celular para optimizar la salud y tratar enfermedades.
📖 Fuente

Y el interés científico en la relación entre los nutrientes y la salud sigue en aumento, consolidando el papel de los nutrientes como una herramienta clave para tratar nuestra salud, para nuestro bienestar y nuestra calidad de vida.

Así que, no la llames “Nutrición Ortomolecular”, pero quédate con el concepto, porque, aunque con otros nombres, sigue evolucionando y ganando cada vez más reconocimiento,

Mientras tanto… llámala X.

Sergi Ferrer, Asesor Nutricional

662 62 70 01 – sergi.ferrer@naturalaloevera.cat

2 comentarios sobre «NO LA LLAMES “ORTOMOLECULAR”, LLÁMALA “X”»

  1. Gracias por la información
    Quiero documentarme más para ayudar en la salud de familiares y amistades que necesiten sanacion del cuerpo
    A una amiga de la familia le han diagnosticado Esclerosis múltiple, tiene 47 años y está muy agobiada
    Queremos ayudar a que mejore su salud con esta alimentación.
    Gracias nuevamente por compartir y explicarnos como podemos mejorar la salud

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